Situación del cultivo
El cultivo de frijol en Guatemala es principalmente para autoconsumo, constituye la principal
fuente de proteínas para las personas, después del maíz, en especial las que viven en el área rural. El consumo anual por persona se calcula
en 35 libras, con una ingesta diaria promedio para adultos de 58 gramos por día.
De acuerdo a la Encuesta Agropecuaria del MAGA (2016), una alta proporción de la producción (53.42%),
es realizada en unidades productivas menores de 7 hectáreas (86.59% de las unidades productivas), que equivale al 66% del área cultivada,
lo que significa una baja productividad por unidad de área.
La enfermedad que empezaba a perfilarse como una de los mayores limitantes de la producción en áreas
menores a los 1,000 msnm, fue el virus del mosaico dorado amarillo, esta enfermedad se registró por primera vez en Guatemala en 1970 y para
mediados de la década ya era considerada el principal problema de producción de frijol en la zona sur-oriental del país.
Con la creación del ICTA en mayo de 1972, se introdujeron en el mercado variedades mejoradas de
semilla de frijol, en los primeros años principalmente con tolerancia/resistencia al virus del mosaico dorado amarillo.
El ICTA ha liberado 31 variedades de frijol adaptadas a los diferentes sistemas de producción de Guatemala. En 1979, liberó las
variedades ICTA Quetzal, ICTA Jutiapán, ICTA Tamazulapa para altitudes de 0 a 1,200 msnm; e ICTA San Martín para 1,500 a 2,300 msnm.
Factores limitantes en el cultivo
Se han identificado factores limitantes, siendo los más importantes:
- a) factores bióticos:
enfermedades como virus del mosaico dorado amarillo, virus del mosaico común, bacteriosis, antracnosis,
mancha angular, ascochyta, roya y mustia hilachosa y dentro de las plagas insectiles, el picudo de la vaina, y
- b) factores abióticos:
sequía, bajas temperaturas y baja fertilidad de los suelos.