Uso de residuos orgánicos para enfrentar la crisis del alto precio de los fertilizantes químicos

por: M.Sc. Adán Rodas

En los últimos tres años los fertilizantes químicos han aumentado significativamente su valor.

Se mencionan 5 causas como las principales, algunas de ellas originadas por la pandemia del Covid-19:

1. Aumento en los precios de las materias primas.
2. Fuertes incrementos en los costos de energía (gas natural).
3. Encarecimiento de los fletes por sobredemanda de Oriente.
4. Problemas relacionados con la logística y disponibilidad de contenedores.
5. Agotamiento de inventarios por la inusual demanda del producto en Estados Unidos (se sembraron cuatro millones de hectáreas más de maíz, dado el potencial incremento de los precios).



A lo anterior se suma el actual conflicto entre Rusia y Ucrania, mismo que impactará a nivel mundial en la disponibilidad de alimentos, agroquímicos e insumos agrícolas. Bielorusia es responsable del 21 % de las exportaciones mundiales de potasa; junto con Rusia representan el 40 % de dichas exportaciones. Estadio inicial (izquierda), estadío final y muerte de la planta (derecha). Programa de protección vegetal ICTA. 2021.

La potasa (potasio) es un nutriente básico para las plantas y un ingrediente importante en los fertilizantes químicos. Rusia exporta el 21% de amoníaco, materia prima para fertilizantes de uso común en todo el mundo; 19% de las exportaciones mundiales de trigo; 16% de urea; produce el 16% de gas natural (USDA. CoBank Knowledge Exchange).

Ucrania es uno de los grandes exportadores mundiales de maíz (se estima un 13%) y trigo (se estima un 8%), cultivos que emplean fertilizantes y otra variedad de agroquímicos e insumos agrícolas. Además de lo anterior, un impacto mund

El alza de los precios en los fertilizantes, en insumos como la urea y los fosfatados, lleva a la necesidad urgente de ser más eficientes en la fertilización de los cultivos. Una herramienta para ello es el uso de la técnica del análisis de suelo, indispensable en la definición de las dosis de fertilización

Si bien el muestreo y análisis en laboratorio implican un costo adicional para el productor, este valor en realidad se ha demostrado que al final más bien es una “inversión”, que hace eficiente la producción. Además de la dosis, se necesita seleccionar la mejor fuente de fertilizante para determinado caso, así como el momento y lugar oportuno para su aplicación.

Hoy más que nunca debe analizarse el suelo para ver que tiene, cuánto tiene, y qué le falta, solo así podrá reducirse tal o cual fertilizante. Debe además asegurarse con tiempo el fertilizante a utilizar.


La agricultura convencional, entre otras características, incluye el uso de altas cantidades de fertilizantes químicos, algunas veces no necesarias, esto ha provocado mayores costos de producción, contaminación de suelos y agua por nutrientes muy dinámicos como el nitrógeno, desbalances nutrimentales en el suelo.

Para nutrientes como fósforo y potasio, que son bastante estables, su aplicación ha provocado el enriquecimiento de las reservas en el suelo. Por otra parte, el haber privilegiado la fertilización química en los sistemas agropecuarios convencionales, ha inducido al desgaste progresivo de la materia orgánica nativa del suelo y al deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo.

Con relación a las estrategias que pueden implementarse para afrontar la crisis del alto costo de los fertilizantes químicos se tienen, entre otras, las siguientes:


  • Según varios estudios científicos, en el suelo pueden presentarse reservas significativas de algunos nutrientes, como resultado de las sobre fertilizaciones de años anteriores, dada esta situación es posible reducir u omitir su aplicación, conscientes de que siempre será necesario primero conocer el estatus de dichos nutrientes, a través de los resultados de un análisis de suelos. Además, si es un cultivo bajo riego, debe tomarse en cuenta también el aporte de nutrientes contenidos en el agua, el enriquecimiento de las reservas en el suelo

  • El primer elemento que podría reducirse o eliminarse del programa de nutrición es el potasio. El segundo que se podría reducir es el fósforo.

  • Nunca debe reducirse el nitrógeno más allá de un 10 a 20%, y paralelamente se deben implementar medidas que mejoren su eficiencia de uso (fraccionar su aplicación, usar fuentes de lenta disponibilidad, aplicar en el momento y lugares oportunos, incorporar abonos orgánicos).

  • El uso de abonos orgánicos u órgano-minerales constituye también una alternativa a la aplicación de fertilizantes químicos, ya que parte del nitrógeno está presente en formas orgánicas, que son más o menos estables y que paulatinamente irán mineralizándose para quedar a disposición de las plantas, de esta forma la fertilización orgánica puede sustituir en gran medida al uso de fertilizantes químicos, cuyo costo resulta ya inalcanzable para muchos agricultores

  • La adición continua de materiales orgánicos al suelo permite la autorrecuperación de la arquitectura y fertilidad del suelo, que han sido dañadas por el continuo y muchas veces abusivo uso de agroquímicos y de la labranza.


Otra estrategia es valorar correctamente los nutrientes que contienen los residuos de los cultivos anteriores. Hay especies, como el brócoli, en las cuales la mayor cantidad de nutrimentos absorbidos permanecen en los rastrojos.

En general un buen manejo de rastrojos (no sacarlos del terreno, no quemarlos e incorporarlos al suelo), permite disminuir las cantidades de nutrientes que saldrían del suelo. Al ser los rastrojos un subproducto generado dentro de la misma finca, su aprovechamiento forma parte importante de las acciones para la sostenibilidad del agroecosistema, al lograr el reciclaje de los nutrientes para los siguientes ciclos de producción.

Para nutrientes como fósforo y potasio, que son bastante estables, su aplicación ha provocado el enriquecimiento de las reservas en el suelo. Por otra parte, el haber privilegiado la fertilización química en los sistemas agropecuarios convencionales, ha inducido al desgaste progresivo de la materia orgánica nativa del suelo y al deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo.